DOP ALELLA
Vinos de Alella – Historia – Significación – Tradición – Vinicultura – Calidad – D.O. Alella – Exportación – Territorio – Parques de la Cordillera Litoral – Microclima – Familias – Viñedos – Uvas – Blancos – Tintos – Rosados – Espumosos
Historia – Época Romana – Plinio – Marcial – Edad Media – Seu Barcelonesa – Exportación – Filoxera – D.O. Alella – Técnicas – Cultivo – Elaboración – Calidad – Personalidad – Exportación Global
Los vinos de Alella tienen una larga historia y una importante significación en la vinicultura catalana.
Conocidos y queridos ya en la época romana, los citan Plinio y Marcial como vinos layetanos. Los vinos alellencos eran, en plena edad media, los preferidos en la Seu barcelonesa, para convertirse más tarde en uno de los vinos de calidad más exportados desde Cataluña en todo el mundo, con particular incidencia en las colonias de ultramar, donde había abundante población catalanes.
Hoy toda esta tradición vinícola se mantiene viva y los vinos de la Denominación de Origen Alella siguen simbolizando la voluntad de seguir siendo un pueblo mediterráneo auténtico y, por tanto, viticultor, a pesar de la dureza del oficio y las incidencias sufridas a lo largo de los años, entre las que cabe destacar la plaga de la filoxera que devastó totalmente su cultivo a finales del siglo XIX.
La Denominación de Origen Alella, una de las más pequeñas y también de las más antiguas de la península ibérica, se ha ido modernizando, ha incorporado nuevas técnicas y nuevos sistemas de cultivo y elaboración manteniendo, sin embargo, el criterio que sólo en la calidad y en una fuerte personalidad, los vinos de esta región vitícola pueden encontrar su verdadera dimensión universal.
Actualmente ya se exporta a decenas países de todo el mundo.
Territorio
Actualmente el territorio de la DO Alella está formado por 31 municipios de 3 comarcas (Barcelonès, Maresme y Vallès Oriental):
Barcelonés: Badalona y Santa Coloma de Gramenet.
Maresme: Alella, Arenys de Mar, Arenys de Munt, Argentona, Cabrera de Mar, Cabrils, Calella, El Masnou, Mataró, Montgat, Òrrius, Premià de Mar, Premià de Dalt, Sant Cebrià de Vallalta, Sant Iscle de Vallalta, Sant Pol de Mar, Teià, Tiana, Vilassar de Dalt y Vilassar de Mar.
Vallès Oriental: Granollers, Llinars del Vallès, Martorelles, Montornés del Vallés, San Fost de Campsentelles, Santa María de Martorelles, La Roca del Vallés, Vallromanes y Vilanova del Vallès.
Uno de los interrogantes más embriagantes sobre los vinos de Alella es su propia presencia. Posicionada entre el Vallès y el Mediterráneo, en las colinas de los Parques de la Cordillera Litoral y de la Cordillera de Marina, sin olvidar los viñedos bañados por las suaves brisas marinas, emergiendo sus raíces en un terreno que permite un buen enfoque de drenaje y retención de los rayos solares. Un clima propiamente mediterráneo en el espacio que circunda la playa, se extiende junto a un microclima más continental en la zona de adentro. La Cordillera Litoral aminora los vientos y concentra la humedad del mar. Ese incremento en la producción vinícola es posible por el enorme esfuerzo, cuidado y amor por la tierra de familias que, desde tiempos ancestrales, elaboran los vinos. Un trabajo agotador, completamente manual, con frecuente escenarios de los viñedos adosados en las laderas de la montaña, cuyas uvas proporcionan los mejores vinos de Alella. Los blancos describen la mayoría de los caracteres identificativos, tan conocidos y queridos, gracias a la variedad de pasas blancas. Elaboraciones variables y peculiares se graban en acero inoxidable, barricas, huevos de cemento, maceración pelicular etc… Las blancas, generalmente, se engendran de la mezcla de pansa blanca y garnacha blanca, también estando permitidas las variaciones como el picapoll, la pansa rosada, la malvasía, el moscatel de grano pequeño, la parellada, el chardonnay, el sauvignon blanco o el chenin blanco. Los tintos, fundamentalmente, aprovechan la maduración de las uvas, presentando un carácter sencillo, generoso, prolongado, con una intensa frutosidad y mineralidad. Las tintas son preferentemente elaboradas a partir de garnacha y mataró, también habilitándose el sumoll, la garnacha peluda, la mazuela, el tempranillo, el syrah, el merlot, el pinot noir y el cabernet sauvignon. Los rosados son, sobre todo, fabricados con las uvas garnacha tintas. Los vinos espumosos, bien con producciones tradicionales o con métodos ancestrales, típicamente generados por pasas blancas y garnachas tintas; en blanco o blanco de tinto.
Vínculo con la región geográfica Geomorfología y suelos
La Geomorfología y los Suelos de la región geográfica tienen su origen en la era primaria, cuando la Cordillera Litoral afloró como resultado del pliegue herciniano. Esta formación está compuesta principalmente por granito, roca ígnea plutónica, compuesta por cuarzo, feldespatos, alcalinos y micas, que a lo largo de mucho tiempo y a alta presión se solidificaron. El granito, conocido como «ojo de serpiente» en estado crudo, en contacto con el aire y el agua cargada de gas carbónico, comienza a degradarse, especialmente el componente feldespato, dándole a la roca una apariencia redondeada. Esta degradación da lugar al «sauló», también conocido como terreno de areniscas cuaternario, que es el elemento básico de los suelos agrícolas. Además, las tormentas típicas de la región arrastran y depositan estos sedimentos en las zonas bajas, dando lugar a los actuales suelos aptos para el cultivo. Sin embargo, en algunos lugares, debido a la existencia de rocas de otras composiciones, como el esquisto, pueden aparecer otros tipos de suelos, como los llamados «terrenos pardos», ricos en arcilla. Esta formación geológica condiciona la profundidad de los suelos, desde la aparición de la roca madre a la superficie, hasta suelos de profundidad considerable, lo que afecta directamente a los resultados de las producciones.
Los suelos de la comarca del Maresme dedicados a la producción de vino tienen como base el “sauló”, un elemento que, aunque no ofrece gran fertilidad, posee características determinantes para el cultivo y la calidad de la cosecha. Estos suelos son de estructura arenosa o franco-arenosa, lo que los hace fáciles de trabajar. Tienen una alta porosidad, un buen drenaje, una gran permeabilidad, un color claro (prácticamente blanco), un bajo contenido de materia orgánica y una poca capacidad de retención de agua y nutrientes. Además, tienen una buena capacidad de retención de la irradiación solar, un alto contenido de sílice y un pH ligeramente alcalino. Estas características se traducen en un desarrollo desigual de las plantas, en un buen crecimiento y maduración óptima de la uva, así como en una ausencia de acumulación de agua en las parcelas, incluso durante fuertes tormentas. Esto es esencial para la salud de las raíces.
El Vallés Oriental está formado por dos franjas adosadas: una de conglomerados eocénicos de la Depresión Central, marcada a menudo por fallas, y una cordillera hertziniana hecha de materiales paleozoicos o granito. La llanura está conformada por una pendiente suave excavada en los materiales miocenos, con carenas longitudinales paralelas al río Congost que han dejado un ancho valle aluvial tras la erosión facilitada por los materiales miocenos relativamente blandos. Los suelos con diferentes composiciones de los aluviales son óptimos para la agricultura, permitiendo la siembra de cereales, viña, forrajes, leguminosas, etc. Estos suelos suelen ser profundos, francos arcillosos y ligeramente alcalinos. En las zonas del prelitoral y zonas superiores, los suelos son graníticos, mientras que en las zonas bajas se encuentran aluviones acumulados por la época, la intensidad de lluvias, entre otros materiales arcillosos.
PLIEGO DE CONDICIONES DOP «ALELLA»
Las viñas de la comarca han sido plantadas tradicionalmente en ciertos parajes específicos donde las características del suelo y orientación, se adaptan muy bien al cultivo de la viña y hacen que se obtengan unos buenos resultados de crecimiento de los cultivos y de alta calidad.
Climatología
El Maresme y el Vallès Oriental ofrecen una gran variedad de paisajes naturales. El clima del Maresme es Mediterráneo Litoral Central, con una precipitación media anual entre 550 mm. y 800 mm. La época de lluvias suele ser en otoño, mientras que el verano es seco. Las temperaturas medias durante el invierno son de 8 oC a 10 oC y en verano, de 22 oC a 23 oC. En el Vallès Oriental, el clima Mediterráneo Prelitoral Central en la llanura del Vallès, Mediterráneo Prelitoral Norte en el macizo del Montseny y Mediterráneo Continental al sur de la meseta del Moianès se deben a la orografía.
En el Maresme, es posible que haga frío entre noviembre y marzo, aunque rara vez hela. La comarca del Vallès Oriental ofrece una amplia variedad de paisajes que van desde los suaves llanos vallesanos hasta los riscos y conjuntos montañosos más abruptos. Esta variación del terreno se refleja también en el clima, que varía según la zona.
La precipitación total anual es irregular, variando entre 1200 mm. a 600 mm. con excepción de las zonas más elevadas donde es abundante. El régimen térmico es predominantemente cálido en verano y moderado en invierno, con una temperatura media de 14,5°C. El periodo libre de heladas es corto, abarcando únicamente los meses desde mayo hasta septiembre. Durante el invierno, suelen presentarse inversiones térmicas especialmente en la depresión del Vallès.
En la vertiente marítima hay un corredor cerca del Mediterráneo que está protegido por la Cordillera Litoral, lo que previene los vientos fríos del interior y contiene la marinada, especialmente durante el verano cuando las temperaturas son altas. Por otro lado, en la vertiente interior se presentan neblinas matutinas que se quedan atrapadas en la cordillera por la vertiente de poniente. Esto, además, refresca las viñas en verano debido a que hay tres corredores naturales que conectan ambos lados: Coll de Parpes, Fuente de Cera y La Conreria.
Los vinos de Alella siempre han sido uno de los misterios más interesantes, ubicados en una región entre el mar y la montaña, y elaborados en pequeñas viñas que luchan para sobrevivir en medio del avance de la gran área urbana. Estos vinos tienen una larga historia y han significado mucho para la vinicultura catalana. Ya en la época romana, Plinio y Marcial los citaron como vinos layetanos, y en la Edad Media eran los preferidos en Barcelona. Más tarde, se convirtieron en uno de los vinos de calidad más exportados desde Cataluña al mundo, especialmente a las colonias donde había una gran cantidad de catalanes.
A pesar de las dificultades sufridas a lo largo de los años, como la devastadora plaga de la filoxera que afectó a finales del siglo XIX, la tradición vinícola de la Denominación de Origen Protegida Alella sigue vigente. Los vinos de esta zona simbolizan la determinación de los habitantes por mantener su identidad mediterránea y su oficio de viticultores.
La Denominación de Origen Protegida (DOP) Alella, una de las más antiguas de la Península Ibérica, se encuentra situada en el norte de Barcelona y cubre un área de unas 320 hectáreas, repartidas entre las comarcas de Maresme, cerca del mar, y el Vallés Oriental, al otro lado de la Cordillera Litoral. En ambas comarcas, la viña ha sido cultivada desde la época romana. Alella se ha modernizado incorporando nuevas técnicas y sistemas de cultivo y elaboración, sin dejar de lado el criterio de que la calidad y la fuerte personalidad de sus vinos es lo que le da relevancia a nivel internacional. Uno de los principales objetivos de la DOP Alella es promover la sostenibilidad, haciendo uso de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y promoviendo la conservación de la biodiversidad. Asimismo, se ha desarrollado un programa para controlar y garantizar la calidad de sus vinos, estableciendo una serie de normas que deben cumplirse para obtener la denominación de origen. Estas normas abarcan tanto la producción como la elaboración, asegurando que los vinos se produzcan con los más altos estándares de calidad.
El Maresme es una estrecha franja de 398,9 kilómetros de longitud que se extiende entre el Barcelonés y La Selva, al norte limita con el Vallés Oriental. Está compuesto por 30 municipios, 16 de los cuales se hallan en la costa y 14 en el interior. Cuenta con más de 38 kilómetros de playas y posee la primera línea de ferrocarril del estado español, uniendo Mataró, su capital, con Barcelona. Su comunicación es excelente, pues por tierra cuenta con una carretera paralela a la costa y una autopista que atraviesa la comarca entera. En el territorio se encuentran los parques del Montnegre-Corredor, la Cordillera Litoral y la Cordillera de Marina.
La economía del Vallès Oriental se ha caracterizado tradicionalmente por su fuerte vinculación con el sector agrícola y marítimo. Destacan especialmente las actividades vitícolas y florícolas, que suponen más de la mitad de la producción de esta región de Cataluña. La industrialización, especialmente el textil, también ha tenido un gran peso en la economía de la zona.
En cuanto a la gastronomía, los productos marinos y hortícolas son los principales protagonistas, destacando las fresas, las cerezas, los tomates rosas, los guisantes, las judías del ganxet, las setas, las gambas, las cigalas, los calamares y las almejas.
El Vallès Oriental está compuesto por cuarenta y tres municipios, siendo Granollers su capital.
El Vallès Oriental es una comarca que se compone de 43 municipios, siendo Granollers su capital. Está ubicada a 32 km de Barcelona, conectada por carreteras y autopistas, además de dos líneas de tren que cruzan la mayoría de los pueblos y ciudades. Esta comarca se limita con el Maresme, el Vallès Occidental, Osona y La Selva. Ofrece gran variedad de paisajes naturales, como el Parque del Montseny (declarado Reserva de la Biosfera en 1978), el Parque de la Cordillera de Marina, el Parque de la Cordillera Litoral, el Parque del Montnegre-Corredor y el Valle del Tenes.
En el Vallès Oriental, el secano domina la agricultura, junto a la viña para la producción de vinos DOP Alella, los cereales, forrajes, frutales, patatas, legumbres y hortalizas. El principal sector económico es el industrial, con empresas del metal, madera, piel y plástico. La gastronomía es variada por la influencia de los visitantes, destacándose la DOP Alella y la denominación de origen judía del ganxet, con la denominación de origen protegida Vallés-Maresme. La viña de Alella, con su larga historia, ha experimentado un proceso de modernización reciente destacándose su carácter de viña urbana.
· Tipicidad de los vinos
Vinos blancos: son característicos, en su gran mayoría, para estar elaborados con la variedad de uva Pansa Blanca. Esta variedad blanca predominante en nuestra DOP es la que aporta singularidad en los vinos blancos, elaborados en acero inoxidable, maceración pelicular, o bien fermentados y envejecidos en barrica.
Los aromas de la pansa blanca se diferencian de la variedad Moscatel en la DOP Penedès, principalmente por su mineralidad, que le viene dada por el tipo de terruño, un subsuelo granítico y con restos marinos, que en la superficie se transforma en pequeños granos, los cuales de denominan sauló, un terruño con una buena permeabilidad lo que redunda en que la cepa necesite profundizar sus raíces para buscar el agua y los diferentes alimentos que le aporta el terruño; se puede afirmar que esta circunstancia le crea un pequeño «estrés» que, bien controlado, nos ayuda a regular la producción de uva por cepa.
La DOP Alella se esfuerza por lograr una maduración óptima de la uva. La Pansa Blanca, dependiendo de su proceso de elaboración, destaca por sus característicos aromas a manzana al horno, si se cría en barrica. La maceración pelicular otorga a la Pansa Blanca un color amarillo brillante y una gama aromática con notas de melocotón de viña y albaricoque. Por otro lado, la elaboración con inoxidable produce aromas a frutas blancas como manzana fresca y pera muy madura.
Al probar un vino DOP Alella, se caracteriza por su final amargo/cítrico, el cual se asocia al almendruco verde. Esta DOP se caracteriza por una mineralidad aportada por el terruño, la cual se diferencia de la variedad de vinos blancos elaborados en la DOP Penedès.
Los vinos blancos DOP Alella se producen con una variedad de uvas preferentes, Pansa Blanca y Garnacha Blanca, y variedades autorizadas, Chardonnay, Chenin, Macabeo, Malvasía, Moscatel de grano menudo, Parellada, Picapoll blanco y Sauvignon Blanc. Estos vinos tienen un denominador común de mineralidad, sea cual sea el método de elaboración, tanto en la vertiente marítima de la comarca del Maresme como en la vertiente de interior de la comarca del Vallés Oriental.
Los vinos blancos de la DOP Alella se caracterizan por su carácter afrutado y notas minerales refrescantes. Los vinos tintos, en su gran mayoría, se elaboran con la variedad de uva Garnacha tinta, lo que les aporta singularidad. Estos vinos se suelen elaborar con maceración pelicular, fermentación en acero inoxidable, o bien envejecimiento en barrica. Los vinos elaborados en la vertiente marítima son ligeramente más ácidos que los elaborados en la vertiente interior.
La Garnacha tinta de la D.O.Q. Priorat y de la D.O.P. Empordà se distinguen principalmente por su característica mineralidad, la cual se debe al sustrato granítico y a los restos marinos presentes en la superficie, alcanzados en forma de pequeños granos conocidos como sauló. Esta peculiaridad del terreno, con una buena permeabilidad, promueve el desarrollo de raíces profundas por parte de la cepa, lo que conlleva una reducción de la producción de uva por cepa, con el objetivo de regularla.
La Garnacha tinta de la D.O.P. Alella se caracteriza por su madurez, otorgando al vino una gran carga de aromas típicos de la zona, como la confitura de cereza, el aroma de cacao, el regaliz, el tostado y una nota mineral fresca. En vinos tintos jóvenes, el uso de acero inoxidable permite obtener aromas de cereza madura, fresa del Maresme y compota de frutos rojos, todos ellos en su punto óptimo de madurez. Por último, el vino presenta un final amargo y elegante.
Al probar un vino de la DOP Alella, se identifica un final amargo/mineral característico, asociado a la ciruela negra y el sauló. Este carácter único es resultado del terruño específico de la DOP, el cual aporta una mineralidad fresca y elegante diferente a la de las DOP Priorat y Empordà, que, aunque también son zonas de elaboración de vinos tintos con la misma variedad de uva, no poseen el mismo carácter.
Recomendada: Garnacha tinta
Autorizadas: Cabernet Sauvignon, Garnacha peluda, Merlot, Monestrell, Pinot noir, Samsó, Mazuela, Sumoll tinto, Syrah, Tempranillo o Ull de liebre. Su denominador común es la mineralizad, sea cual sea el método de elaboración.
Los vinos espumosos de calidad de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Alella se caracterizan por estar elaborados con variedades de uva propias de la zona, así como las variedades más clásicas. Estas variedades de uva blancas y tintas predominantes en la DOP Alella, aportan singularidad a los vinos blancos, rosados y blanco de noirs, que se elaboran con el método tradicional, es decir, con la segunda fermentación dentro de la botella. La Pansa Blanca, el Chardonnay, el Moscatel y la Garnacha tinta son variedades que se diferencian de la Xarel·lo y Chardonnay de la DOP Penedès, la Garnacha tinta de la DOP Priorat, y el Moscatel y la Garnacha tinta de la DOP Empordà.
Los vinos del área de Denominación de Origen Penedés se caracterizan principalmente por su mineralidad, que es otorgada por el terreno granítico y con restos marinos de la superficie, conocido como «sauló», el cual presenta buena permeabilidad. Esta característica obliga a la cepa a profundizar sus raíces para obtener el agua y los alimentos necesarios, generando así un «estrés» controlado que regula la producción de uva. La madurez de la uva es una de las prioridades principales de la DOP. Las variedades de uva Pansa Blanca, Chardonnay, Moscatell y Garnacha tinta, dependiendo de su elaboración, ofrecen aromas típicos de la zona, como mineralidad, manzana al horno y piña madura, en los espumosos blancos de Pansa Blanca y Chardonnay.
El Espumoso de Calidad de Moscatel presenta una acidez refrescante y mineralidad destacada, sin ser empalagoso y con un sabor afrutado. El Rosado elaborado con Garnacha Tinta posee una gran estructura con notas a frutas rojas como cerezas y fresones, y una espuma cremosa que envuelve la mineralidad. El Blanc de Noirs elaborado con Garnacha Tinta, con un mínimo aporte de pigmentos de la piel, es un vino único con aromas de frutas rojas, frescor y mineralidad. Los vinos Blancos con maceración pelicular, luego de una madurez adecuada de la piel, adquieren un color amarillo brillante y una gama aromática con notas a melocotón de viña y albaricoque.
Los vinos espumosos blancos de calidad producidos en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Alella se caracterizan por su final amargo/cítrico que recuerda al almendruco verde, y su particular mineralidad, otorgada por los terruños de la zona. Estos vinos se elaboran con las variedades de uva recomendadas Pansa Blanca y Chardonnay, y las autorizadas Chardonnay, Chenin, Macabeo, Malvasía, Moscatel de grano menudo, Parellada, Picapoll blanco, Sauvignon Blanc y Garnacha Blanca.
Los vinos de Denominación de Origen Protegida Alella presentan una mineralidad distintiva, independientemente del método de elaboración, que se encuentra tanto en los vinos de la vertiente marítima, en la comarca del Maresme, como en la vertiente de interior, en la comarca del Valles Oriental. Esta característica se encuentra tanto en vinos tintos, blancos y espumosos, elaborados con variedades de uva autorizadas como Cabernet Sauvignon, Garnacha Peluda, Merlot, Monastrell, Pinot Noir, Samsó, Mazuela, Sumoll tinto, Tempranillo o Ull de Llebre, así como en la recomendada Garnacha tinta.
Los vinos de DOP Alella son caracterizados por su carácter frutal y sus notas minerales frescas, y se componen principalmente de Garnacha Blanca, Macabeo y Garnacha Tinta para los vinos rancios. Estos presentan una acidez más pronunciada que los vinos elaborados en la vertiente marítima.
Los vinos elaborados con crianza oxidativa poseen la personalidad característica de la DOP, la cual se ve reflejada en las notas minerales/marinas más pronunciadas durante su envejecimiento oxidativo en sol y serena. Las variedades Garnacha Blanca, Macabeo y Garnacha tinta se diferencian de las mismas variedades que se encuentran en la DOP Terra Alta, a causa de la mineralización proporcionada por el suelo granítico con restos marinos, el cual contiene la presencia de pequeños granos llamados «sauló» con una buena permeabilidad, lo cual provoca que la cepa deba profundizar con sus raíces para obtener el agua y los alimentos necesarios para su desarrollo, generando un pequeño «estrés» bien controlado, que ayuda a regular la producción de uva por cepa.
La DOP Alella es reconocida por su excelente maduración de uvas Garnacha Blanca y Macabeo, que proporcionan aromas típicos de la zona como manzana al horno, coca de «vidre», cerezas en licor, entre otros. Su envejecimiento oxidativo a sol y serena y su posterior crianza en barrica permiten la aparición de notas minerales/ marinas/ salinas, que se marcan como sello de identidad de la zona. La Mistela de Alella es uno de los vinos más característicos de la Denominación, elaborado principalmente con Pansa Blanca y una pequeña proporción de otras variedades, que al añadir alcohol vínico destacan aún más los aromas minerales/ marinos/ salinos.
Los vinos dulces naturales se elaboran a partir de mostos con gran riqueza en azúcares, que se fermentan parcialmente. Estos mostos se obtienen a partir de uvas de la zona, que suelen ser principalmente Pansa Blanca y Garnacha tinta. Al fermentar parcialmente el mosto, se preservan los aromas propios de la uva y del terruño, lo que da lugar a un vino dulce con toda la esencia del territorio representado por la Denominación de Origen Protegida (DOP).
La Denominación de Origen Penedés (DOP) se caracteriza por su mineralidad, que se encuentra tanto en la vertiente marítima de la comarca del Maresme como en la vertiente de interior de la comarca del Valles Oriental, y que le otorga al vino una característica única que lo diferencia de otras DOPs como Terra Alta, DOP Empordà (donde se elaboran Rancios, Mistelas y Vinos Dulces Naturales con las mismas variedades de uva). Esta mineralidad se acompaña en la vertiente de interior de una acidez más presente.